miércoles, 9 de mayo de 2012

Tres años de ausencia

Mi querido amor, han pasado 3 años desde tu partida y el dolor en mi corazón permanece. No puedo creer que haya transcurrido tanto tiempo, pues en mi alma es como si hubiera sido ayer.
Te he extrañado tanto en este tiempo, tu olor, tu pelo, tus ojos, esos que casi no pude admirar.  ¿Cómo sería tu voz hija mía?  Nunca lo sabré.

Raquel, hubiera dado lo que fuera porque pudiéramos compartir este momento con vos.  Sé que sabes que Nicolás, tu hermanito menor, nació hace 12 días.  Es un niño hermoso, muy dulce y ha venido a devolvernos la esperanza.  De alguna manera, quiero pensar que sus almas se encontraron en el camino a este mundo y que le hablaste a Nicolás de nosotros.  Pareciera una locura, pero me reconforta sentir tu espíritu lo acompaña.

Hoy he recordado  minuto a minuto tu vida y tu muerte, todo pasó tan rápido, pasamos de la más profunda alegría, al dolor más intenso que cualquier ser humano pueda sentir.  Te vimos nacer aquel 3 de mayo y 5 días y 9 horas después de marchaste... Y una espada traspasó mi corazón.

Hoy entiendo como una madre ama con la misma intensidad a sus hijos y yo tengo dos, uno en este mundo  luchando por vivir y crecer y la otra  en el cielo disfrutando de la vida eterna. 

A Nicolás si Dios me lo permite, lo guiaré y amaré en este mundo y a  vos mi amor, niña de mis ojos, te amaré por siempre, porque seguís viva en mi mente y en mi alma, porque el amor traspasa los límites de la muerte.