jueves, 8 de octubre de 2009

El papá de Raquel


Hace 3 años decidí unirme a un hombre maravilloso en matrimonio. Algo muy dentro de mi corazón me decía que junto a Ernesto, para mí Ernestito o Er, para sus amigos Chene, iba a ser muy feliz.

Me encantó él de manera integral. Sin embargo, amé su forma de tratarme, su caballerosidad, pero sobre todo su inteligencia y su ecuanimidad, cuando sucedía alguna situación que me hacía sentir molesta. Además, ¡cómo nos reíamos cuando estábamos juntos! Él es mi complemento, pensé.

Cuando concebimos a Raquelita, Ernesto me demostró su esencia como padre. Fue con ella el papá más cariñoso, se comía mi panza a besos y le hablaba mucho a la bebé. Ella saltaba cuando sentía sus manos. Pienso que sabía que su papá la amaba enormemente, tanto que Raquelita era muy, muy parecida a su papi, tenía su misma nariz, la forma de la cara, sus piernas, sus pies, iba a ser tan alta como él.
Cuando Raquel nació confirmé por qué me había casado con Er.

Fue él quien recibió a Raquel en el Hospital de Niños cuando la trasladaron aquella madrugada. Fue él quien con una fuerza sobre humana y luchando por no desmoronarse, ayudó a las doctoras que venían en la ambulancia, a trasladar con urgencia la incubadora, que llevaba a nuestra hija en estado grave, hasta el segundo piso del hospital. Fue él quien no se separó de su cunita durante esos 5 días que vivió nuestra princesa. Yo lo veía a través de la ventana de la Unidad de Cuidados Intensivos, mientras le hablaba, le cantaba, mientras oraba o le decía "aquí estoy mi amor, soy tu papá".

Fue él quien corrió a contestar la llamada que anunciaba su muerte. Fue él quien se apersonó para que le entregaran el acta de defunción. Fue él quien tomó el ataúd y lo llevó junto con mi hermano Manuel hasta su última morada.

Ha sido Er quien me ha abrazado cada vez que me siento morir, una y otra vez me ha escuchado con mi llanto de madre y ha llorado conmigo la ausencia de nuestra hijita.

Ha sido él la persona que me ha expresado de miles formas su amor inmenso por mí y por nuestra amada Raquel.

Dios sabía que iba a necesitar a Ernesto para andar por este valle de muerte y vida, de llanto y alegría. Iba a necesitar su paz, para sobrevivir a este dolor sin comparación.

¡Gracias Dios por este hombre maravilloso, que amo con el alma, gracias Dios por este papá que le diste a mi Raquel!

3 comentarios:

Ernesto Castillo (Papá de Raquel) dijo...

Mi amor. Gracias por estas líneas hermosas algunas, dolorosas otras. Pero si hay algo cierto es que están plenas de amor. Creo que si hubo un momento para sentir, vivir y doler el amor, fueron esos días de mayo. Le doy gracias a Dios por este destino maravilloso de tenerte como esposa y el regalo más lindo, Raquelita.

Alma dijo...

Hola, soy alma y soy de México.
Leí todos tus escritos Alejandra por coincidencia. Estaba buscando imágenes para decorar biblitas de bebés.
Me encontré con esto y quiero decirte que aunque lejos y como una total desconocida, estoy con ustedes. Ánimo y sigan adelante como hasta ahora los ha ayudado a seguir nuestro Dios.
Cuídense, y aunque este comentario sea un poco prematuro, ya verán que Dios suplirá todo este dolor con otros hijos, buenos y amorosos que él les enviará.
Les escribe una mujer que anhela tener un hijo.
Sinceramente, Alma

Alejandra, mamá de Raquel dijo...

Estimada Alma, muchas gracias por tu comentario. Es maravilloso ver cómo el amor de nuestra hija traspasa las fronteras de nuestro país. Un abrazo a la distancia.