viernes, 30 de octubre de 2009

El pañal de Raquelita y Rebequita



Cuando Raquel crecía en mi vientre soñaba con la cantidad de cosas que íbamos a hacer juntas. También, soñaba en que algún día, ella compartiría con sus primitas (Lucía y las que vinieran), juguetes, ropa, su cama, en fin...

Cuando mi gorda murió, está de más decir todos los sueños que se rompieron.

Esta semana, una familia amiga en el dolor y en el amor, los Mena Altamirano (Eduardo, Ruth y Guayo) me hicieron un sueño realidad. Mediante su creatividad, nuestra hija Raquel, le prestó su pañal a su hermanita postiza Rebeca. Ella debido a la premura con la que vino y partió, no contaba con uno, en el momento en el que su papá Roberto, captó su imagen, inmortalizándola para siempre. ¡Mi bebé compartió lo que tenía con otra de nuestras princesas en el cielo!

¡Me quedé maravillada ante lo que puede hacer la tecnología, pero más aún, de lo que puede hacer el amor!

Nuestra querida Rebequita, quien se luce en la foto, ahora comparte este pañalito con mi bebé. Después de todo, comparten lo más hermoso de la vida, el mismo legado de amor para sus papás, quienes quedamos en este mundo y tratamos de honrarlas todos los días.

Eduardo, Ruth y Guayo, gracias por cumplir este sueño, cuando yo pensé que eso nunca sucedería.

Los quiero mucho.



domingo, 25 de octubre de 2009

Nueva persona

Hola Raquel, ¿cómo estás mi amor?
Te preguntarás ¿por qué no escribo tanto aquí? Probablemente, es porque leer todas estas palabras llenas de sentimiento, me pone triste, triste porque yo también imaginaba muchas situaciones que sé no pasarán..... no podrás jugar con Sara tu primita, que siempre me pregunta ¿donde estás? No podré curarte tus gripes tampoco...
Al principio, me preguntaba como íbamos a hacer para pasar este golpe tan certero que nos dio la vida, no encontraba ningún motivo que justificara para qué estábamos pasando por ésto...
Bueno mi vida, te cuento que tu muerte me ha hecho ser mejor persona, creo poder ayudarles a los pacientes que están en una situación similar a la nuestra, ¡he cambiado!
Gracias mi amor por ayudarme.
Te quiere tu tío, Manuel.

viernes, 23 de octubre de 2009

Estar triste hasta los huesos



Entre la semana pasada y ésta que termina he vivido un sin fin de emociones.
De verdad que volver al trabajo luego de la muerte de mi bella Raque, ha sido muy cansado, agotador. Primero físicamente, siento que las fuerzas me faltan para ser eficiente y lograr mis actividades con éxito, pero además, me siento cansada al hablar con personas y justificar mi estado, algunas veces triste, depresivo y con el llanto a flor de piel.

¿Cómo explicar lo inexplicable?,¿con qué palabras puedo expresar el hueco que tengo en el corazón? Ese que me cala la razón y hace que me vea, actúe y sea diferente.

Un día de éstos sentí tanta tristeza, de que nadie a mi alrededor en el trabajo, entendiera que aunque tenga otros hijos, si Dios lo permite, mi Raquel será para siempre mi niña, mi bebé, mi primera hija, nadie, ni nada podrá reemplazarla. Otros se empeñan en hacer que no existió y me duele, es cruel, ¿es esa la vida?

¡Cuánto tenemos que aprender lo humanos de humanidad!

Mientras tanto, yo sigo chapoteando en este mar de emociones, algunas veces me hundo y otras saco la cabeza y trato de flotar. He avanzado, no estoy loca, ni tengo depresión crónica, solamente se me murió mi adorada hija y esa es una razón suficiente para estar triste hasta los huesos.

jueves, 22 de octubre de 2009

La aurora es como un beso tuyo

Hola mi amada Raquelita. Es papá. No soy tan constante para escribirte en tu blog como sí lo hace mamá, pero todos los días pienso en vos. Tengo fé en que estás muy bien en el jardín del Señor. Acá tus papás y abuelitos te hicimos un jardín en la tierra también, esperamos que te guste. Te dedico este verso de José María Cuesta, porque cuando el sol toca mi cara en las mañanas es como si me dieras un beso.

Con amor,

Papá

Aurora

La música de la aurora
-trinos y rayos de sol-
está estrenando en los campos
y en los nidos tu canción.
En tu aurora blanca y fresca
el primer beso del sol
-alguien dirá que estás lejos-
estamos juntos los dos.

lunes, 19 de octubre de 2009

Lucía, la prima de Raquelita


Mi sobrinita Lucía crece en medio de mi dolor.
Hubiera querido otra historia en mi vida durante su nacimiento.
El hecho de que mi hija haya muerto y el duelo que eso conlleva, me ha hecho estar más bien alejada de sus primeros meses de vida.
Lucía es preciosa, una morena bella, con ojos y cabello negro, igualita a sus papás y a su hermanito.
Quiero presentarla en este Blog dedicado a su primita Raquel.
Espero poco a poco, ir disfrutando de su olor, de sus gorgoreos de bebé, sin que me duela el alma al no tener a mi bebita.

jueves, 15 de octubre de 2009

La vida de Raquel en fotografías

Una corta vida, pero llena de amor es la que tuvo Raquelita. Deseo compartir el relato de su existencia en fotografías y la canción que le cantaba mientras estaba en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital de Niños.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Hoy te extraño


Hoy te extraño desde lo más profundo de mi ser, ¿cómo no extrañarte si estuviste en mis entrañas?, si me dabas golpecitos de amor, que yo recibía llena de emoción.

Hoy te extraño, pequeñita, porque tu fuerza caló en lo más hondo de mi ser, porque gracias a vos me estoy reconstruyendo como persona.

Hoy te extraño mi bebita adorada, porque hace 150 días que no toco tu cuerpo, sin embargo tu espíritu me acompaña donde vaya.

Hoy te extraño mi vida, en medio de una realidad que me obliga a dejar atrás la tristeza de tu partida.

Pero te extraño hoy y sé que lo haré cada segundo de mi vida. No existe forma de no hacerlo, sos y serás mi bebé amada.


Te ama, mamá.

viernes, 9 de octubre de 2009

5 meses florecidas

Por fin colocamos la plaquita de Raquel en su jardín. Aunque llenos de tristeza en sus 5 meses de fallecida, me llena de una paz extraña ver que este sitio cada vez se encuentra más florecido.
Mi Pequeña Flor como le decía, descansa en medio de florecitas multicolores que parecen contarme que ella está muy feliz.

Deseo compartir con ustedes este lugar lleno de paz y amor.































jueves, 8 de octubre de 2009

El papá de Raquel


Hace 3 años decidí unirme a un hombre maravilloso en matrimonio. Algo muy dentro de mi corazón me decía que junto a Ernesto, para mí Ernestito o Er, para sus amigos Chene, iba a ser muy feliz.

Me encantó él de manera integral. Sin embargo, amé su forma de tratarme, su caballerosidad, pero sobre todo su inteligencia y su ecuanimidad, cuando sucedía alguna situación que me hacía sentir molesta. Además, ¡cómo nos reíamos cuando estábamos juntos! Él es mi complemento, pensé.

Cuando concebimos a Raquelita, Ernesto me demostró su esencia como padre. Fue con ella el papá más cariñoso, se comía mi panza a besos y le hablaba mucho a la bebé. Ella saltaba cuando sentía sus manos. Pienso que sabía que su papá la amaba enormemente, tanto que Raquelita era muy, muy parecida a su papi, tenía su misma nariz, la forma de la cara, sus piernas, sus pies, iba a ser tan alta como él.
Cuando Raquel nació confirmé por qué me había casado con Er.

Fue él quien recibió a Raquel en el Hospital de Niños cuando la trasladaron aquella madrugada. Fue él quien con una fuerza sobre humana y luchando por no desmoronarse, ayudó a las doctoras que venían en la ambulancia, a trasladar con urgencia la incubadora, que llevaba a nuestra hija en estado grave, hasta el segundo piso del hospital. Fue él quien no se separó de su cunita durante esos 5 días que vivió nuestra princesa. Yo lo veía a través de la ventana de la Unidad de Cuidados Intensivos, mientras le hablaba, le cantaba, mientras oraba o le decía "aquí estoy mi amor, soy tu papá".

Fue él quien corrió a contestar la llamada que anunciaba su muerte. Fue él quien se apersonó para que le entregaran el acta de defunción. Fue él quien tomó el ataúd y lo llevó junto con mi hermano Manuel hasta su última morada.

Ha sido Er quien me ha abrazado cada vez que me siento morir, una y otra vez me ha escuchado con mi llanto de madre y ha llorado conmigo la ausencia de nuestra hijita.

Ha sido él la persona que me ha expresado de miles formas su amor inmenso por mí y por nuestra amada Raquel.

Dios sabía que iba a necesitar a Ernesto para andar por este valle de muerte y vida, de llanto y alegría. Iba a necesitar su paz, para sobrevivir a este dolor sin comparación.

¡Gracias Dios por este hombre maravilloso, que amo con el alma, gracias Dios por este papá que le diste a mi Raquel!

domingo, 4 de octubre de 2009

Confieso


Confieso que he sentido el miedo más terrible de mi vida.
El día siguiente al nacimiento de mi hija, hace exactamente 5 meses, me paseaba por los pasillos de la clínica, llorando, mientras albergaba un miedo que no conocía en mi corazón. Mi hija podía morir.
Confieso que ese miedo se hizo más grande aún cuando en el Hospital de Niños, mi bebita amanecía todos los día en estado muy grave. Confieso que me aterré cuando sonó el teléfono para anunciar lo irremediable. Confieso que la muerte me provocó una marejada de dolor y el vaivén de las olas aún me golpea contra la realidad. Confieso que el sentirme tan pequeña, tan insignificante le dio un vuelco a mi existencia. Confieso que me siento vulnerable y que todos los días intento buscar el sentido nuevamente. Confieso que la muerte me noqueó en un solo round y me dejó tendida en el suelo.
Confieso que quise morirme junto a ella. Confieso que pensé que mi ser no valía la pena. Confieso que después de todo este tiempo, empiezo a despertar de esta paliza.
Confieso que no sé todavía cómo voy a lograrlo, pero sé que me levantaré. Confieso que esto nunca hubiera sido posible sin el amor de Dios transmitido en los amigos que nos han tendido la mano.
Confieso que ya no quiero morir, por el contrario quiero vivir, para honrarte Raquel, para amarte y seguir confesando al mundo que sos lo mejor que ha llegado a mi vida.