lunes, 10 de agosto de 2009

Cuando podemos servir para algo

Ale y Chene, nos agradecen estar ahí en estos momentos, cuando somos nosotros quienes debemos estar agradecidos por permitirnos estar junto a ustedes y acompañarlos en su dolor. Nunca haremos que ese dolor se vaya, pero al menos podemos darles un abrazo y decirles "aquí estamos". Las palabras sobran... pero los abrazos nunca son suficientes. Que mi Dios que es grande y todo poderoso, que tiene una visión inalcanzable e incomprensible para la naturaleza humana, los llene de lo que sea que sea necesario para seguirse levantando cada mañana y volver a comenzar, un día a la vez...

1 comentario:

Alejandra, mamá de Raquel dijo...

Lau, el apoyo que ustedes nos han dado a pesar del dolor, el miedo y la desazón que provoca la muerte, no tiene precio. Son nuestros verdaderos amigos, son nuestro tesoro.
Los queremos mucho.