jueves, 20 de agosto de 2009

Mi corazón fuerte


El corazón de una madre es fuerte, tiene que serlo, porque de otra manera, no podría explicar como el mío ha sobrevivido a este terremoto de dolor, que ha azotado nuestras vidas ya por 102 días.

Hoy por fin conocí el rostro angelical de mi sobrina, Lucía. ¡Maravillosa, perfecta, linda!, una morena de ojos negros y cabello color azabache, la prima de Raquel.


¡Cómo he llorado este día! Lloré mientras iba hacia a Naranjo, cuando pude tenerla entre mis brazos y cuando regresaba. Esta ha sido una de las acciones más duras que me ha tocado hacer desde que mi chiquita murió. Lloro porque en el fondo de mi corazón, mientras la alzaba, la olía y observaba su perfección, me imaginaba el sentimiento tan único que hubiera sido cargar a mi hija mientras vivía. Lucía sin duda, para mí, tiene un poco de mi hija.

Hoy amé a mi nueva sobrinita, como ya amo a los más grandes, José Pablo y Sara. Hoy sé que Lucía me ayudará a llenar ese vacío que dejó mi Raquelita.

Solo oro a Dios por un corazón de madre fuerte, como el que hasta ahora me ha dado. Solo así podré seguir adelante.

1 comentario:

Connie dijo...

Amiga mia, madre fuerte,
Cuánto admiro tu fortaleza y tu manera de darle vueltas por bien a las cosas. Se requiere de mucha fé y humanidad para girar tu corazón y ofrecer ese amor eterno y grande que tienes por Raquel hacia tu sobrina. Admirable,
UN abrazo fuerte,
Connie