martes, 21 de julio de 2009

Hijas santas


Como ustedes saben, escribir en el Blog de Raquel y en el de RENACER ha sido un apoyo para mí durante este proceso tan duro en el que la vida nos coloca.

También ingresé a una red de apoyo espiritual y uno de los teólogos a los cuales le pedí guía, me envió una carta hermosísima que un sacerdote compañero suyo, había enviado a una hermana que había perdido a su bebé a las pocas horas de nacida. La carta la enviaron a un año de la muerte de la pequeña y hace una hermosa analogía con el Alfarero que es Dios y las vasijas que son nuestras vidas.

Quisiera compartir un extracto de ella con ustedes. Pienso que al igual que Delfina, la niña a la cual hacen mención y como me lo había dicho Karol la mamá de Valeria, una bebita hermosa también fallecida, estas hijas ya son santas.


¿Porque Dios hace así las cosas? Solo Él lo sabe. Dice San Pablo: ¿Acaso la vasija dirá al alfarero: por qué me hiciste así ? Nosotros somos la Vasija en manos del mejor alfarero que conocemos que es Dios Padre; y Él sabe el por qué hace las vasijas de tal o cual manera, y en el momento oportuno, en el momento que nosotros menos pensamos, y ese es el mejor momento,por qué es el momento que determina Dios ,y fue el momento de Delfina. Él elaboro la Vasija, nosotros esperábamos que esa Vasijita tan pequeña, crezca, se la cuide, se la alimente, verla feliz, por tener como alfarero a un Dios tan Bueno, que la hizo de la nada: Pero el Alfarero quizo otra cosa para su Vasija, quizo que desde muy tempranas horas que la vio el mundo, no lo sea para el mundo sino que lo sea pra Él, vio el producto de sus manos que era tan hermosa, tan inocente, y dijo me quedo con Ella para siempre.


¿Que le podemos reprochar nosotros a este Alfarero?. Nada. Si no todo lo contrario agradecerle, agradecerle por que fijo lo ojos en esa vasija, que tuvo algo de especial: Su Inocencia, su Pureza, su rostro Ángelical, y cuantas otras cosas más. Y al fijar los ojos en Ella extendio su misericordia con nosotros, por que esa vasija que ni siquiera sus labios podía pronunciar ni una palabra, ahora pide por nosotros.


Por eso aunque nos haya dejado hace un año, podemos decir un año sin Ella, pero al mismo tiempo con Ella, con ella para pedirle cosas a Nuestro Señor, para pedirle que a las heridas que dejo su pronta partida, les hable siempre las Heridas de un Dios, por qué no hay más que un solo Dios que tenga heridas, ninguno más que Nuestro Señor, ese alfarero tan, pero tan bueno. Con Ella para agradecerle a Dios por qué: Por qué sos la Madre de una Santa, de una Habitante del cielo y esto lo sabes desde el primer instante, y no tenemos que esperar ningún proceso de Canonización , para verla Santa a tu vasija, si no que ya en vida lo sabes.


Querida Hermana, te pueden quitar muchas cosas en tu vida , pero nadie te puede quitar la certeza de tener una Hija en el cielo, nadie pero nadie.. Como no agradecerle a Nuestro Señor lo que hizo hace un Año, y agradecerle con las heridas que dejó, agradecerle con todo el dolor de una Madre que ni siquiera pudo ver a su Hija, si Él dijo que ni siquiera un vaso de agua que demos quedara sin recompensa, ¿como no va a recompensar a una MADRE, que dio una prolongación de Ella que es una Hija?.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Ale, muchas gracias por compartir esto. Realmente me tocó de una forma muy profunda mi corazón y me hizo volver más fuerte mis ojos a Él, al Alfarero.
El sabado de este fin de semana que pasó, tuve el sustó más grande que al día de hoy, en mis 32 años, habia vivido... algo ocurrió con mi hijo Ignacio, que te contaré cuando Dios así lo disponga y nos dé la oportunidad. Ese dia Ale, te recordé mucho, muchísimo y oré aun más por ti, porque quizá entendí una pequéñísima parte de todos lo sentimientos que durante este tiempo, sin Raquelita, has vivido.
Sin embargo, el extracto de esta carta me hizo reforzar en mi corazón, el amor de Dios, ese Dios Supremo, cuya voluntad es perfecta, aunque nos cueste entenderla, ese Dios que es nuestro Padre!

Alejandra, mamá de Raquel dijo...

Gaby, mi esposo y yo hemos entendido con todo lo que ha pasado, que tener un hijo o hija es tu boleto a la felicidad absoluta y al mismo tiempo tu pase a la intranquilidad.

En cualquier momento pueden suceder cosas con nuestros hijos porque son humanos como nosotros. Duele, duele hasta lo más hondo sentir impotencia de no poder hacer nada por ellos cuando se dan situaciones fortuitas. Pero como me dijo mi sicólogo, la vida es así, llena de dolor y alegrías que tarde o temprano debemos aceptar.
Solo resta amarlos siempre mucho, para que cuando se den casos como el de nuestra hija, podamos decir, "hicimos todo lo humanamente posible por ella".

Carol Garro dijo...

Ale, qué te puedo decir... quedo sin palabras