jueves, 30 de julio de 2009

Dios y sus formas de hablar


¿De qué manera nos habla Dios en momentos en que estamos totalmente devastados por la muerte de un hijo? Durante dos meses después del fallecimiento de mi bebé, le pedía a Dios desesperadamente que me hablara, que me dijera cuál era el camino que deseaba que siguiéramos, porque ni Ernesto ni yo entendíamos cuál era su mensaje con la muerte de Raquel.


Pasaron semanas y yo me debatía pensando en que, de seguro Dios no quería hablarme porque no escuchaba su voz, como algunas personas dicen que lo han hecho, mediante sueños o despiertos. Debo confesar que me encantaría escuchar a Dios de manera fonética, pero sé que Dios no siempre se expresa de esa manera con todos lo que le amamos.


Estos días comprendí que Dios se comunica con nosotros de muchas formas. Mediante un libro, mediante la voz de un amigo o una amiga, mediante una historia que alguien te cuenta, mediante una situación que pensabas que era mala para tu vida y por supuesto por medio de su palabra en La Biblia, aunque este último libro es tan profundo que no todos entendemos los mensajes tan claramente.


Si bien sigo sin escuchar la voz fonética del Señor, Dios me ha hablado por medio de los papás de Renacer, los papás del Hogar San Gabriel, a donde asistimos semana a semana. Me ha hablado por medio de uno de mis compañeros del Banco Nacional, Róger y su esposa Marcela, quienes han vivido en carne propia, el enorme dolor de ver partir tu futuro en un instante.


Me ha hablado mediante Randall nuestro sicólogo y doña Ligia la sicóloga del Hospital de Niños, mediante La Cabaña, un hermoso libro que narra el amor de un Dios verdadero. Mediante el amor de mi esposo que crece y crece todos los días, mediante la solidaridad sin límites de nuestros padres y hermanos.


Aunque, todavía no entendemos el propósito de la partida de nuestra bebé y no sabemos si el Señor nos lo va a revelar algún día, sé que Dios habla, siempre está hablando, solo debemos estar atentos para decifrar el mensaje.

miércoles, 29 de julio de 2009

Muchas muertes un solo dolor

El otro día en uno de los grupos de padres a los cuales asistimos, pasó un incidente que nos dejó algunos con una sensación de tristeza (más tristeza). Una de las madres dolientes, a la cual le asesinaron a su hijo, dijo que su dolor era mayor que el de las madres que habíamos visto morir a nuestros bebés, porque la situación se había dado en su caso fue de una manera sangrienta e inesperada, "y nosotros ni siquiera pudimos escuchar la voz", de nuestra Raquel. Como podrán imaginar las mamás en situaciones como la mía presentes en el sitio, nos sentimos indignadas por el comentario y lo debatimos. Mi esposo con su característico pragmatismo, le dijo que "unos lloramos por lo que vivieron y otros por lo que no vivimos".

¿Puede el dolor ser mayor o menor, de acuerdo a las características de la muerte del hijo o hija? Desde mi punto de vista, el dolor es el mismo, tesis que han reforzado sicólogos y padres y madres de hijos fallecidos en situaciones de gran impacto mediático como accidentes de tránsito o asaltos.

Ayer, precisamente, conocimos a los padres de Alfon un apuesto joven de 16 años, luchador, que había vencido un tumor en el cerebro, ya estaba listo para irse a casa, pero los médicos indicaron que se quedara un par de noches más... una de esas noches, perdió la vida víctima del incendio en el Hospital Calderón Guardia. Ellos afirmaron que el dolor de perder un hijo, no importan las circunstancias, no tiene comparación.
Yo no comparo mi dolor con el de nadie, ni pienso que sea mayor o menor. Mi dolor es eso, mi dolor. Enorme como una avalancha, intenso como tirarse del bungee desde el Monte Everest. Los padres enfrentamos un reto enorme para tratar de continuar con la vida y honrar a nuestros grandes amores, con acciones dignas y comprometidas con el prójimo.

Ese dolor me acompañará siempre y en este momento, la acción más digna que puedo hacer es intentar poco a poco volver a reincertarme en la vida, con la firme convicción de que mi Raquel me está viendo y se siente orgullosa de su mamá.

domingo, 26 de julio de 2009

¿De verdad crees que nuestros hijos están juntos?

Connie, una nueva amiga en el dolor, me preguntó el otro día si yo realmente creía que nuestros hijos estaban juntos en el cielo y que nos podían ver. Le respondí que sí, que efectivamente creía que nuestros hijos nos miraban y que en medio de un mar de almas, se habían encontrado en el cielo, así como los papás que hemos perdido a nuestros hijos lo hicimos en la tierra. Nada es casualidad y conocer a tantos padres dolientes no puede ser algo fortuito.


Por esta razón, creo que mi Raquel tiene dentro de sus amiguitos los hijos de los papás que ahora conocemos. De esta forma, Raque está con Elena, quien partió hace año y medio y es hija de nuestros amigos Karol y Barto, con Valeria quien partió hace 4 años y es hija de Carol y Carlos, con Julián quien nos dejó hace 5 meses y es hijo de Connie y Cris, con Verito y Roos, dos hermanitas mexicanas que partieron hace dos años y mes y medio respectivamente y son hijas de mi amiga cibernética Verónica. También, comparte con María del Mar y María Celeste, dos hermanitas puntarenenses que se fallecieron hace 4 años y un mes respectivamente y son hijas de Yesenia y Marvin. A todos estos bebés los cuidan los ángeles más grandes como lo son Manrique, Rebeca, David y Fernando, entre otros.
Todos ellos conforman una legión de seres alados que en la tierra eran tan bellos y puros, que no pertenecían a este mundo. Están juntos y felices, oran por nosotros que estamos en camino a su encuentro.


Sí, sí creo, creo somos inmortales, que la vida es solo una etapa de purificación para poder formar parte de un mundo perfecto. Creo que algún día nos reencontraremos con nuestros hijos y sus amigos. Ese día tal vez entienda por qué los niños y jóvenes que inician su vida tienen que morir antes que sus papás.

sábado, 25 de julio de 2009

Trabajar sin Raquel


Mi primer día de trabajo, luego de la muerte de Raquel, fue como el primer día en el kinder, pero sin la inocencia infantil.

Ayer pasaron por mi mente como en los cuadros de una película de cine, los bellos momentos que me hizo vivir mi hija durante el embarazo. Los antojos, las patadas, el sonido de su corazón en el consultorio del doctor, el curso de preparación para el parto, los chineos de mis compañeros...


Cuando me bajé del carro en el parqueo, recordé la última vez que había dejado ese lugar el 30 de abril, llena de la ilusión de una madre que se dispone a vivir su maternidad en pleno. 10 días después estaríamos sepultando a mi bebé.


Luego caminé los 300 metros que separan el estacionamiento del banco y cada paso que daba me recordaba a mi hija, la ventana con la ropa de bebé que antes veía con ilusión, ahora me parece macabra, hasta la pastelería que hace apenas 3 meses era mi lugar preferido por los antojos, hoy me resulta un lugar insoportable.


Al llegar al banco todo estaba igual, la señora que vende repostería, el muchacho que vende discos, los guardas, la venta de frutas de la soda, en fin todo estaba en su sitio, excepto yo.


Llegué al trabajo antes de las 8 a.m. para evitar ingresar con el tumulto de compañeros. Aún así, una compañera me saludó efusivamente y yo no pude responderle el saludo, me quedé paralizada sin saber que decir.


Ya en mi oficina debí cerrar las persianas que dan hacia San José, porque uno de los primeros edificios que se divisa desde mi ventana es el lugar en donde nació y se agravó mi pequeña. Desde ahí la trasladaron al borde de la muerte al Hospital de Niños, aquel terrible 6 de mayo en la madrugada. Solo verlo me causó vértigo.


Me senté en mi escritorio, encendí la computadora, esperando un halo de normalidad dentro de mí que no llegó y no llegará. "Relaciones Corporativas Alejandra le atiende" contesté al sonar el teléfono y una ola de tristeza llenó mi corazón.


¡Volví al trabajo sin mi barriga, sin mi hija, sin esperanzas!

jueves, 23 de julio de 2009

La nueva normalidad


Mañana es un día importante para mí. Después de la muerte de nuestra hija debo regresar al trabajo.


Todo el mundo me dice que es mejor, que voy a ocupar mi mente en otra cosa. Sin embargo, sin afán de empezar este proceso en no, simplemente me pregunto, cómo puede una mamá regresar a la normalidad dComprobar ortografíael mundo, cuando ella nunca más podrá ser normal. ¿Qué es ser normal ahora? Normal no existe, nunca será otra vez. Normal es un estado que los padres que hemos perdido a nuestros hijos no podremos hacer nuestro jamás.


Me embarga un sentimiento de impotencia, porque la normalidad del mundo me ahoga, me rastrilla por la calle, me abre grietas en la piel, pero más en el alma. Podría decir que me repugna la alegría del mundo, las vanalidades que antes consideraba importantes, los "problemas laborales". Nada es importante ahora.


Como preámbulo a mi día de mañana, hoy fui a sembrar plantas al cementerio. Hablé con Raquel, le dije que ya no podría ir tan seguido, que de manera obligada tenía que continuar sin su presencia física en este mundo. Lloré, lloré mucho frente a su jardín. ¡Su cuerpo está ahí, a tres metros de mí, no está en una cuna en mi casa, está ahí, en una caja de madera! Me aterra pensar que, como materia que es, pronto no existirá.


¡Qué dolor! Es indescriptible este dolor. Como dice la psicóloga del Hospital de Niños, es un ácido que te carcome cada día más, porque es ausencia es mayor conforme pasa el tiempo.


Así que mañana tendré que ir a enfrentar un mundo que ya no es igual y que nunca lo será, porque la muerte de Raquel, se llevó el color, la alegría y las sonrisas que salen del corazón para siempre.

martes, 21 de julio de 2009

Hijas santas


Como ustedes saben, escribir en el Blog de Raquel y en el de RENACER ha sido un apoyo para mí durante este proceso tan duro en el que la vida nos coloca.

También ingresé a una red de apoyo espiritual y uno de los teólogos a los cuales le pedí guía, me envió una carta hermosísima que un sacerdote compañero suyo, había enviado a una hermana que había perdido a su bebé a las pocas horas de nacida. La carta la enviaron a un año de la muerte de la pequeña y hace una hermosa analogía con el Alfarero que es Dios y las vasijas que son nuestras vidas.

Quisiera compartir un extracto de ella con ustedes. Pienso que al igual que Delfina, la niña a la cual hacen mención y como me lo había dicho Karol la mamá de Valeria, una bebita hermosa también fallecida, estas hijas ya son santas.


¿Porque Dios hace así las cosas? Solo Él lo sabe. Dice San Pablo: ¿Acaso la vasija dirá al alfarero: por qué me hiciste así ? Nosotros somos la Vasija en manos del mejor alfarero que conocemos que es Dios Padre; y Él sabe el por qué hace las vasijas de tal o cual manera, y en el momento oportuno, en el momento que nosotros menos pensamos, y ese es el mejor momento,por qué es el momento que determina Dios ,y fue el momento de Delfina. Él elaboro la Vasija, nosotros esperábamos que esa Vasijita tan pequeña, crezca, se la cuide, se la alimente, verla feliz, por tener como alfarero a un Dios tan Bueno, que la hizo de la nada: Pero el Alfarero quizo otra cosa para su Vasija, quizo que desde muy tempranas horas que la vio el mundo, no lo sea para el mundo sino que lo sea pra Él, vio el producto de sus manos que era tan hermosa, tan inocente, y dijo me quedo con Ella para siempre.


¿Que le podemos reprochar nosotros a este Alfarero?. Nada. Si no todo lo contrario agradecerle, agradecerle por que fijo lo ojos en esa vasija, que tuvo algo de especial: Su Inocencia, su Pureza, su rostro Ángelical, y cuantas otras cosas más. Y al fijar los ojos en Ella extendio su misericordia con nosotros, por que esa vasija que ni siquiera sus labios podía pronunciar ni una palabra, ahora pide por nosotros.


Por eso aunque nos haya dejado hace un año, podemos decir un año sin Ella, pero al mismo tiempo con Ella, con ella para pedirle cosas a Nuestro Señor, para pedirle que a las heridas que dejo su pronta partida, les hable siempre las Heridas de un Dios, por qué no hay más que un solo Dios que tenga heridas, ninguno más que Nuestro Señor, ese alfarero tan, pero tan bueno. Con Ella para agradecerle a Dios por qué: Por qué sos la Madre de una Santa, de una Habitante del cielo y esto lo sabes desde el primer instante, y no tenemos que esperar ningún proceso de Canonización , para verla Santa a tu vasija, si no que ya en vida lo sabes.


Querida Hermana, te pueden quitar muchas cosas en tu vida , pero nadie te puede quitar la certeza de tener una Hija en el cielo, nadie pero nadie.. Como no agradecerle a Nuestro Señor lo que hizo hace un Año, y agradecerle con las heridas que dejó, agradecerle con todo el dolor de una Madre que ni siquiera pudo ver a su Hija, si Él dijo que ni siquiera un vaso de agua que demos quedara sin recompensa, ¿como no va a recompensar a una MADRE, que dio una prolongación de Ella que es una Hija?.

lunes, 20 de julio de 2009

Tristeza seca


En estos días me embarga un sentimiento que aprendí a reconocer no hace mucho tiempo. Y es que la verdad es que he llorado prácticamente nada. Pero igual duele. Duele por todo lo que no será, porque todo quedó en la imaginación, en la ilusión, en los proyectos, duele porque regreso a casa y ella no está, no llora por las noches y no me despierto para ir a cargarla sino porque un impulso nervioso me despierta y me tira en la cara la verdad. Duele porque en contra del consejo psicológico, no puedo dejar de pensar en el dolor de mis padres y hermanos, que esperábamos todos a esa preciosa niña, la primera de su generación. Parece demasiado, parece inmanejable. Hoy a dos meses y unos días de su partida, empiezo a comprender lo que es ver la vida sin color, empiezo a caer en la cuenta de que no me queda más remedio que aprender a vivir la vida sin su presencia física y que de algún modo, no tengo muy claro cómo, Raquel estará en mí de un modo tal que la tristeza seca amaine...

Una nueva vida llega

Es muy posible que Lucía, mi sobrinita y por ende la primita de Raquel nazca hoy. Una mezcla de incertidumbre, tristeza y dolor recorren mi alma. ¡Cuánto hubiera dado por estar al lado de mi hermana Frescia en este momento! Sin embargo, no puedo, el dolor que embarga mi corazón es muy grande.
Antes de aquel 9 de mayo, las dos habíamos hecho planes para cuando este momento llegara. Una iría a visitar a la otra, les tomaríamos fotos a las bebés, rememorando cuando ella y yo crecíamos, porque somos muy seguidas y ella es morena y yo más blanca, ¡de fijo serían muy parecidas a nosotras!
Ni que decir de los tés de canastilla. Ella estaba planeando el mío y yo le organizaría el suyo, ¡cuántas fotos nos tomaríamos embarazadas! Pero nada de eso llegó.
Hoy no he dejado de pensar en ella, de rezar para que por favor todo salga bien y ninguna tenga problema alguno.
Le he pedido a Raquelita, nuestro ángel en el cielo, que interceda por su primita y que ella pueda llenarnos de alegría en esta tierra.
¡Señor Jesús, te pido de todo corazón que no vuelva a ocurrir esta pesadilla!

sábado, 18 de julio de 2009

Y bajaron las nubes


El cielo vino a nosotros. En una solicitud desesperada le pedí a Diosito que nos diera la oportunidad de estar cerca de nuestra princesa.


Hoy visitamos un lugar en San Ramón en donde las nubes venían a nosotros y me daba la impresión de compartir el hogar que nuestra Raquelita disfruta en este momento. Nubes y nubes bajaron y mientras tanto, no hice más que pensar que mi bebé estaba en una de ellas feliz, porque sus papás habían llegado.
Cuánto me gustaría verla aunque fuera en sueños, cuánto me gustaría saber si me reconoce, aún cuando me ha cortado el cabello.
Raquel mi amor, viviré toda mi vida, pensando que me ves, que me sientes, que esperas por mí y por tu papá. El día que muera y te tenga entre mis brazos seré feliz, porque al fin podré besarte como en este mundo no me permitieron.
Espéranos mi amor, tu papi y yo estamos en camino.
Besos,
Mamá

jueves, 16 de julio de 2009

Las lágrimas volvieron

Hoy ha sido un día difícil. Después de varios días de una tristeza seca, en la que no pude llorar, acompañada de una relativa tranquilidad, volví a sentir ese ácido dentro del corazón y las lágrimas regresaron.
Por supuesto que esta montaña rusa es parte del estira y encoge que significa el duelo, pero esos cambios emocionales te golpean con fuerza.
También las lágrimas tienen que ver con reconocer una y otra vez, que la muerte de los niños es real.
Ernesto y yo recibimos a una nueva amiga en el dolor, que hace 15 días perdió a su segunda bebé. Ya hace 4 años había pasado por una pena igual cuando murió su primera hija. !Cuánto dolor puede soportar un ser humano! Sin embargo, ella nos enseñó la grandeza de una madre, cuando, a pesar de los grandes dolores, piensa antes que nada en que sus hijas no sufran.
Fue una bendición tenerla en casa.

No queda más que llorar cuando se tenga que llorar y estar serenos cuando el duelo te de un respiro.

miércoles, 15 de julio de 2009

Un café en el cementerio


Muchas cosas han cambiado desde que nuestra hija falleció, una de ellas es los lugares donde quiero estar. Ya antes había escrito de mis visitas al cementerio o como yo le llamo al jardín de Raquel.


Durante esas visitas pude darme cuenta de que algunas tumbas están decoradas con mucho amor. Una de ellas me llamó la atención porque todas las semanas tenía arreglos florales frescos que inundaban el espacio, se notaba que a esa persona le visitaban muy frecuentemente.


Luego supe que era la tumba de Adrián, el único hijo de Kattia y Oldemar, quien falleció en enero de 2009 en un accidente de tránsito. También, supe que ellos iban todos los fines de semana y ahí permanecían largas horas, adornando la última morada de su amado hijo y también leían, hablaban, oraban o tomaban un café en el sitio.


Desde entonces cada vez que voy a ver el jardín de mi Princesa, visito también el de Adrián.

Ayer conocí a estos papás amorosos, durante una reunión de RENACER, el grupo de padres que han perdido a sus hijos, al cual asistimos Ernesto y yo. Al final de la actividad, con una dulzura sin igual, el papá de Adrián me dijo: "cuando quiera se llega al cementerio y la invitamos a tomar un café".


Me quedé pensando en aquella invitación que nunca imaginé que llegaría y creo que es una de las propuestas más bellas para disfrutar el tiempo. ¡Qué mejor ofrecimiento pueden hacerme hoy, que poder tomarme un café junto a padres que les duele la ausencia como a mí y reflexionar con ellos sobre la vida y la muerte!


De seguro iré, quiero tomarme un café y ver el futuro con los pies sobre la tierra, cerca de donde descansa el cuerpo de la persona que he amado más en el mundo.

lunes, 13 de julio de 2009

Tengo un ángel


Cuando una bebé se va, todos dicen que es un ángel. Seguro algo de razón tendrán. Por eso escribí un poema para mi Raquel, en donde la nombro a ella como nuestro ángel.

Mi ángel precioso, mi ángel divino
viniste a esta tierra a amarnos
y hacer que diéramos amor,
conocimos el júbilo de ser papás
y la agonía de despedirte.
Mi ángel precioso, mi ángel divino
¡cuánta dicha nos diste!

Hoy me dicen que estás jugando en el cielo
y yo prefiero pensar que juegas en mi corazón.
Hoy me dicen que bates tus alas de ángel
y que cada vez estás más cerca de Dios.

Mi ángel precioso, mi ángel divino
has cerrado los ojos para dormir el sueño eterno
mi ángel precioso, mi ángel divino
has que nosotros podamos entenderlo.

¿Por qué has muerto ángel? Si la muerte no existe
¿Por qué no puedo tocarte? Si en mi corazón estás
¿Por qué no puedo besarte? Si vives en mi mente
Mi ángel precioso, mi ángel divino quiero contigo soñar.

domingo, 12 de julio de 2009

Este es el mundo


Hasta hace dos meses no sabía de qué se trataba la vida. Siempre había tenido la oportunidad de reir, más que llorar y cuando lloré, fue por situaciones que distan mucho de tener la dimensión que tiene la muerte de mi hija. ¡Esas fueron lágrimas malgastadas!



Hoy cuando el dolor invade nuestro cuerpo, me doy cuenta de que cada día, miles de padres y madres sufren la partida de sus hijos o hijas.



Esta semana pasada puede conocer a Yesenia y a Marvin, una pareja que vio morir a su segunda hija a la misma edad, por una enfermedad hasta ahora desconocida, pero fulminante. María Celeste murió el pasado miércoles 1 de julio a las 3 p.m., mientras que su hermana María del Mar, hace 4 años, también un miércoles, pero a las 3 a.m. ambas de 3 meses de edad.


El dolor se dibuja en la cara de estos padres, la desazón, la pérdida de rumbo, la oscuridad...no hay explicación, las dos bebés ya no están y ellos deben seguir viviendo.



"Alejandra, ese es el mundo", me dijo un ginecólogo amigo, al cual le comenté el desenlace de la vida de Raquelita. "El embarazo es como montarse en un carro, usted sabe que se montó, pero no si va a llegar a su destino", añadió.



Sí, ¡este es el mundo!, terriblemente doloroso e injusto. No queda más que seguir viviendo hasta que nos llegue nuestra hora.

viernes, 10 de julio de 2009

Canción de Raquelita

Ernesto y yo adaptamos la letra de una canción infantil y se la cantábamos a Raquel cuando estaba en el vientre y durante su estancia en el hospital, la letra dice así:

Raquelita, Raquelita, ¿cómo estás?, ¿cómo estás?
Toca la campana, toca la campana, din, don dan.
Raquelita, Raquelita, duerme ya, duerme ya
Que mamá está aquí, que mamá esta aquí
junto a ti, junto a ti.
Hoy cuando voy al jardín de Raquel, voy en el carro o estoy en la casa, trato de conectarme con ella cantando esta canción. No sé por qué, siento que ella la escucha, tal como lo hacía cuando estaba en mi vientre y reaccionada al sonido de nuestra voz.

jueves, 9 de julio de 2009

El tiempo

9 de julio. El tiempo ha pasado tan despacio y tan rápido a la vez. Pareciera una contradicción pero en medio de este dolor, no lo es.

Hace dos meses hijita, tuve que acudir a los fármacos para descansar, pues la imagen de tu cuerpo inerte entre mis brazos, no me hubiera dejado cerrar los ojos.

Hoy dos meses después de que dejamos tu cuerpito en ese sitio, creo que he avanzado en el proceso de duelo aunque sea un poquito. Me voy a la cama pensando siempre en vos, pero sintiendo que estás aquí con nosotros, en cada rincón de nuestra casa, en casa gesto de tu papá y en mi mirada. Tu maravillosa imagen me invita al sueño, me dice que descanse del dolor.

Raquel, te fuiste, pero existes en nuestros pensamientos y sobre todo en nuestro corazón.
Hoy dos meses con tu ausencia, parecen una eternidad.

Te ama, mamá.

miércoles, 8 de julio de 2009

Oración de entrega

Mi pequeña, hoy realicé una oración para entregarte nuevamente, a Jesús y María. Te imaginé con ellos. Los dos jugaban con vos, te alzaban, te hacían maromas y te abrazaban. Luego Jesús te extendió hacia mí y pude tocarte y besarte... mi hijita, mi bella.
Después Jesús y yo te bautizamos, dijimos tu nombre, Raquel, la oveja de Dios, te bautizamos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Cuánto sentido tiene tu nombre hoy!
Le he pedido a Jesús que te designe como nuestra intercesora. Que te conviertas en nuestro brazo en el cielo, por medio del cual nos sintamos más cerca de Dios cada día.
Mi amor, duele tanto tenerte solo en mi mente. Mañana hace dos meses que te fuiste... te extrañamos y te extrañaremos cada segundo de nuestra vida.

Con amor,
Mamá y Papá.

lunes, 6 de julio de 2009

La muerte es una graduación

Algunas veces quiero gritar y gritar hasta que ya no me queden fuerzas. Aquel 9 de mayo perdí un pedazo de mi misma y todas las piezas de mi cuerpo de desacomodaron. Mi corazón no está donde debería, tampoco mi cerebro, mi alma parece indecisa entre si desea vivir con todas sus fuerzas o morir poco a poco. Claro esto se complica mucho, porque vivir o morir, no es decisión mía.

Quizá lo más difícil es pensar en volver a "la normalidad". Tenés que enfrentar un mundo en el que se niega todos los días la muerte. Por esta razón, las personas, aún cercanas prefieren evitar el tema a toda costa, al mismo tiempo que te impulsan a "ser valiente y no llorar".

El duelo es un proceso complejo, que puede durar años. Mientras estás en él, tu mente trabaja al 50% y todas tus tareas cotidianas que antes te tomaban minutos, ahora te tomarán horas, no podés pensar con claridad, la vida pasa más lento para uno, mientras que el mundo gira y gira sin parar. En definitiva los que no han vivido en carne propia el dolor de la muerte de un hijo, no dimensionan el impacto que tiene sobre un ser humano y es posible que no entiendan estos cambios en el doliente.

Como una forma de cuidar mi corazón de las frases o las acciones hirientes, aunque sin intención, he pasado la mayor parte de este tiempo tan doloroso, conmigo misma en mi casa o con mi esposo. He tratado de crear un armazón que me prepare para esos nuevos doloresComprobar ortografía que sentiré a causa de comentarios dichos a la ligera con todas las buenas intenciones. No sé si lo he logrado.

Solo sé que ahora la vida y la muerte se me presentan casi como si fueran lo mismo, como dice la Dra. Kubbler Ross, la vida es la escuela y la muerte la graduación.

domingo, 5 de julio de 2009

El jardín de mi princesa


El jardín de mi princesa está lleno de flores. Gracias a la lluvia han florecido, las chinas, claveles y margaritas, todas miniaturas, que plantamos hace algunas semanas, para alegrar la última morada de mi hija.

Ayer, en conmemoración de la fecha de su nacimiento ( el 3) Ernesto y yo fuimos a sembrar una nueva planta, una preciosa clavelina.


De alguna manera, ir a visitar ese sitio nos hace entrar en conexión con Raquelita y además nos coloca de frente a una realidad irreversible: no importa tu país, tu raza, tu condición social y mucho menos tu edad, la muerte llega.


Con qué dolor se escoge una planta para llevarle a tu bebé al cementerio!!! No tengo palabras para describirlo, pero es mucho. Sin embargo, cuando ves tanta belleza en cada una de las plantas, me doy cuenta que no encontré mejor sobrenombre para mi bébé, que "mi pequeña flor".


Raquel, fue, es y será nuestra pequeña flor. Estoy segura que al igual que las flores de su jardín en la tierra, ella está luciendo su belleza en el cielo. Espero algún día compartir su esplendor en el más allá. Te amamos pequeña flor.

viernes, 3 de julio de 2009

Carta a Dios

Querido Dios, Raquel ha muerto y con ella se han muerto mis ilusiones, deseo pedirte encarecidamente, que me ayudes a colocar aunque sea una nueva ilusión en mi vida.
Como bien sabes, desde aquel 2 de octubre de 2008, cuando nos diste la noticia de su existencia, la bebé empezó a formar parte de nuestra vida. Su luz, nos iluminó por todo el tiempo que estuvo con nosotros físicamente y hoy lo hace, desde el cielo.
Conforme avanzaron los meses, la alegría por su llegada se hacía mayor. Amigos y familiares se nos unieron en una espera llena de amor, en donde construimos nuestros mayores anhelos. Gracias por permitirnos conocerla y ser sus papás por un corto tiempo acá en la tierra.
Luego mi princesa fallece y todo cambió. Dios yo no sabía que era el dolor verdadero, yo no sabía de este sentimiento que te duele en todo el cuerpo y te llega hasta cada célula, yo no imaginaba cuánta gente sufre lo mismo, día a día, sin importar el país o la edad.
Querido Señor, después de muchas lágrimas he entendido que no sos vos quien nos envía el dolor. Quiero pedirte perdón por las veces en las que te juzgué mal, creyéndote un Dios desalmado y castigador. Quiero pedirte perdón, por todas las veces que me dijeron que me enviabas castigos. Pensaba que eras un Dios que infundía temor para alcanzar sus objetivos entre los humanos. Por todo el enojo que sentí contra vos, perdón.
Jesús, hoy me siento tan aliviada de saber que en medio del dolor, me estás tendiendo una mano, que en medio de las lágrimas estás conmigo para decirme "a mí también me duele que Raquel no esté a tu lado, que no la puedas amamantar, que no puedas cambiarle los pañales como querías o guiarla hasta un dulce sueño, que no puedas amarla en su estado físico".
Quiero reiterarte mi deseo de que estés en nuestra vida, en nuestra casa, en la unión de Ernesto y mía. Hoy quiero invitarte a permanecer en nuestros corazones para siempre. Por favor no dejes de cuidar a Raquelita.
Te ama tu hija, Alejandra, la mamá de Raquel.

Dos meses

Mi preciosa bebé, hace dos meses naciste y llenaste nuestros corazones de intenso amor. En este momento siento un gran temor de olvidar tu olor, fueron tan pocos los días que te tuvimos con nosotros, que solo el hecho de sentirme lejos de tu recuerdo me aterra.
El proceso de duelo continúa despacio y doloroso, no puede ser diferente. No puedo hacer que no pasó nada, "hacerme la valiente, como dicen unos", que no estuviste en mi vientre, que no fuiste conmigo a trabajar y a divertirnos, que no estuviste en nuestra cama con papá por 8 preciosos meses.
Raquel, amor de mi vida, quiero pedirte que le hables al oído a Dios, decíle que tus papás lo necesitan para superar tu partida. Dile que nos mande un soplo de aliento para que el dolor no nos consuma, dile que queremos seguirlo con todo y nuestro sufrimiento. Que por favor lo haga más llevadero.
Mi amor, no encuentro otra razón en mi vida que no seas vos. Tu enseñanza es maravillosa y perfecta. Me siento tan orgullosa de ser tu mamá...sé que lo sabes.
Te amo, mamá.

miércoles, 1 de julio de 2009

Hermandad

Mi amada Raquel, ya van a ser dos meses desde tu nacimiento. Qué momento tan feliz fue ese!, me alegré tanto porque al nacer te pude oir llorar. Luego todos lloraríamos tu ausencia.
Quiero ir con tu papá el sábado a tu jardín para sembrar nuevas flores. Te prometo mi amor, que siempre plantaré florcitas pequeñitas, tal como eras, pequeñita.
Raquel, he conocido tantas mamás que lloran a sus hijos, algunos murieron hace 35 años, otros hace 20 años, otros hace 4 años, año y medio, 5 meses y algunos se fueron luego de tu partida. Esas madres y la tuya mi niña, no hemos hermanado en en la tristeza, hemos compartido el dolor inmenso que significa la ausencia de los hijos, nos hemos hecho amigas en el sufrimiento. Es como si hubieras descubierto una hermandad.
Sé que de alguna manera conoces mis pensamientos y mis sentimientos. Hoy quiero pedirte que busques a cada uno de ellos, busca a Cinthya, a Elena, a Valeria, a Francisco, a Rebeca, a David, a Alejandro, a Julián , a Marcela y dales un abrazo de amistad. Quiero que le pidas permiso a Diosito para que juntos ayuden a sus familias en la tierra. Sé que podés hacerlo y de alguna manera, siento que nos estás danto fuerza a tu papi y a mí. No dejes de hacerlo princesa, tu fuerza espiritual y nuestro amor, es lo único que nos queda.
Te ama, mamá.