jueves, 25 de junio de 2009

La ausencia

Los días pasan y la ausencia de Raquel se hace mayor. Contrario a lo que muchos piensan y te dice, "ya estás mejor verdad?" NO, no estoy mejor, mi dolor es mayor todos los días, y no puedo, no puedo vivir sin ella.

La muerte de Raquel se llevó mi alegría de vivir, mis ilusiones, mis sonrisas genuinas, mi deseo de un futuro, no pienso en eso. Los esfuerzos por seguir adelante los hago por inercia, porque se supone que debo tratar de continuar, pero no quiero.

Cómo voy a continuar si mi razón de vivir se fue, murió, se la llevaron y me dejaron acá, con la herida más profunda en el corazón, que se pueda imaginar un ser humano.

Hoy no quiero nada, solo quiero que ella regrese, devolver el tiempo y sentirla en mi panza otra vez. Quiero oírla llorar, quiero trasnochar por ella, quiero cambiarle los pañales, quiero amarla aquí en esta tierra.

No quiero imaginarla, como muchos me dicen, he hecho un esfuerzo grande por sentir que la tengo entre mis brazos, que la puedo besar, pero no lo logro, no he podido sentirla de esa manera.

Raquel ayúdame! Ahora que estás cerquita de Dios, intercede por tu mamá para que pueda encontrar la paz o dile al Señor que me lleve contigo para poder abrazarte, como nunca lo pude hacer acá en la tierra.

Te amo mucho, tu mamá.

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