miércoles, 10 de junio de 2009

Tía, ¿Raquel está en la pancita?

Mi sobrina Sara tiene dos años y medio. Durante todo el embarazo de Raquelita, acompañó a mi bebé con sus besos en la panza, mientras yo le recordaba que ahí adentro se encontraba su primita.
Después de la muerte de mi hija, mi hermano (el papá de Sara), su esposa Vera y yo nos vimos en la encrucijada de explicarle a Sarita ¿qué se había hecho Raquel? ¿Está en la pancita? Sara continuaba buscándola en mi panza, hoy muy distinta a cuando la bebé habitaba en ella.
Ingenuamente, le dijimos que estaba en el cielo, que Diosito la había llamado. Luego aprendimos que esas son explicaciones que aún a una niña tan pequeña no deben darse, para no darle idea de un Dios castigador, de un Dios que se lleva a los niños. En su lugar, se recomienda que se les debe participar del funeral e indicarles exactamente lo que ha sucedido con palabras sencillas, ya que los pequeños no entienden que la muerte es permanente. De esta forma, sabrán que algo ocurrió y que se despidió al ser querido que no va a regresar.
Sarita, Raquel no está en la pancita. Su cuerpo se ha ido, no te la puedo enseñar como te prometí, no podremos jugar en la piscina como queríamos. Solo podremos recordarla con mucho amor y pensar que algún día sabremos por qué todos estos sueños no se realizarán.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Yo seré sincera al decirles que no puedo imaginar lo que realmente significa la pérdida de un hijo, pero puedo pensar que es de las experiencias más duras, difíciles y dolorosas que puede sufrir un ser humano.

Los padres nos sentimos con una gran responsabilidad de proteger a nuestros hijos y su pérdida puede ser vivida como una gran responsabilidad.

Los papás de Raquel tienen todo el derecho a expresar y manifestar los sentimientos que tengan: su rabia, su resentimiento, su dolor, sus dudas… todo lo que están experimentando. Las lágrimas son un homenaje para ese ángel que hoy juega alegre en los brazos del Señor.

El convencimiento sobre todo lo que ha pasado y está pasando es individual, pero deben tener la seguridad que ustedes no están solos en el recuerdo de su hija. Hay muchas personas con ustedes, orando para que Dios esté obrando en sus vidas por medio de este duelo que hoy están viviendo.

Extraigan de sus recuerdos todos los momentos vividos con ella, no importa cuántos fueron. Esto poco a poco les ayudará a volver a sus actividades y sus costumbres. No se preocupen por el tiempo que necesiten para recuperarse. El tiempo necesario solo ustedes lo sabrán, nadie más puede dar una respuesta a esto. No se presionen a ustedes mismos por acortar este tiempo.

Cuando ustedes recuerden a Raquel sin sentir dolor, ya el pasado no existirá de la manera en que hoy existe, toda la energía se concentrará en vivir plenamente cada momento, los cuales serán un trofeo en honor a Raquel, que hoy vive, efectivamente vive y seguirá viviendo cada día, en todo lo que ustedes hagan y en la tranquilidad de saber que hoy ella es feliz y seguirá siéndolo con todos los demás ángeles en el cielo…
Ale, te quiero muchísimo!

Alejandra, mamá de Raquel dijo...

Hola Gaby, muchas gracias por tus palabras. Creo que aunque pase mucho tiempo nunca podré pensar en Raquel sin sentir el dolor en mi corazón. El dolor no acaba, el sufrimiento solo se trasciende. Espero algún día lograrlo.