lunes, 8 de junio de 2009

Los ojos del alma

Eran las 7 p.m. del 8 de mayo de 2009 cuando vi por primera vez y tristemente por última, los ojos del alma. Dos pequeñas pupilas que me hablaban de lo mucho que había luchado, pero también de lo cansado que estaba su cuerpo, por haber tratado de respirar durante una semana sin éxito. Jamás olvidaré esos ojos bellos, transparentes, los ojos de mi hija.
Hubiera dado lo que fuera, por haber tenido mucho más tiempo para quedarme ahí, de pie junto a su encubadora, hablándole de lo que haríamos cuando saliera del hospital, de nuestra casa, de los juguetes que le esperaban , del amor que rodeaba nuestro hogar, de la vida que su papá y yo habíamos planeado para ella; pero no lo tenía. Una enfermera me anunciaba que debía irme a casa, porque era hora de limpiarle a Raquelita las heridas de los aparatos que la mantenían con vida. Así lo hice, le dije a mi pequeña que la dejaba en manos de Dios y de la Virgen, porque, aunque no quisiera, me tenía que despedir.
Mi esposo y yo salimos abrazados por el pasillo del hospital con un pesar en el corazón, no dijimos nada, todo lo habían dicho los ojos del alma.

1 comentario:

Alejandra, mamá de Raquel dijo...
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