domingo, 28 de junio de 2009

Lágrimas

Nunca antes como ahora, puedo entender la función que cumple el llanto en los procesos de sanación interior. Aunque estoy muy lejos de sanar esta herida que cruza mi alma y mi corazón, las lágrimas que me han acompañado desde la muerte de mi chiquita, cumplen la función de bálsamo sanador en medio de la tristeza. Una dosis de llanto, cada vez que la tristeza alcance los límites más altos, relaja y descansa mi espíritu al menos por unos minutos.
Muchas personas piensan que el llanto es sinónimo de " estar mal"y evitan verme llorar e incluso me dicen "tranquila, tranquila, ya no llore".
En definitiva, en este momento, estamos de cualquier manera, menos que bien, por esta razón, los sicólogos e incluso religiosos definen el llanto como una de las herramientas recomendadas para procesar el duelo de una forma sana. Esto quiere decir que mientras más lloremos a nuestra hija, más sanamos su ausencia.
Quiero creer que esto es verdad, aunque llorar duela. Mientras el momento de la sanación llega, sigo llorando a mi bebé con lágrimas de sangre.

No hay comentarios: